miércoles, 6 de junio de 2012

Viajar


Viajar solo ya se hace una repetitiva costumbre que me permite experimentar sensaciones que la rutina del día a día logra tapar, ya que generalmente me encuentro en situaciones que mi abuela diría en forma de espiral "nos ocupamos de uno mismo". En el viaje al aeropuerto siempre me toca un taxista por demás porteño, hincha de san lorenzo que al hablar de cualquier tema, el tono final de sus frases muestran una seguridad propia de quien se las sabe todas. Mi buenos aires querido, no suena pero la imagen está.
En Ezeiza los ansiosos llegamos con anticipación, y el tiempo demás lo disfrutamos paseando cual si estuviéramos un fin de semana en el shooping, y notamos que hay mucho brasileño vestido con camisetas de fútbol de la selección con el nombre Messi en la espalda, caminando orgullosos con sus mujeres vestidas con minifaldas, tacos y culos bastante bien alimentados.
El trámite de migraciones es contranatura, pareciera no tener sentido, quiza por que me creí la canción Imagine de John Lennon.
El free-shop es el típico lugar donde a pesar de saber por donde vas a pasar uno vuelve a tener esa extraña sensación de querer comprar artículos de falsa primera necesidad sin saber en que oportunidad los va a poder llegar a utilizar. Compulsión
Pre-embarque, Cuantas veces uno mira la hora?
Arriba de la aeronave, una vez mas debo asistir a la película de seguridad. Me gustaba mas cuando actuaban las azafatas. La tarjeta de millages de las aerolíneas deberían exceptuar ver la película de seguridad. no?
Viajar con conexiones siempre es un incordio, atento que no se trata de pedir un non-stop desde la puerta de tu casa, ya que cada tramo puede tener su encanto (la charla con el taxista azulgrana), pero comerte 10 horas en una ciudad europea para después tomarte un vuelo de 5 horas que llega a destino a las 2am es demasiado. Inexperto
Y si, despegar.com te tira la oferta mas barata, para que el ahorro en el ticket sea gastado por aburrimiento en un aeropuerto con el fin de compensar el incordio con la compra de artículos de ninguna necesidad

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