El camino equivocado no es distinto al que debimos haber tomado sino el que no tiene retorno, no podrías evitar hacer el ridículo si te pones un traje amarillo y no sos Peti, podría haberlo sugerido un armador de imagen, pero ya sabemos que si la mona se viste de seda, mona queda. Jugaste a ser la víctima de la historia y sabemos como terminan las víctimas (ver foto). Te vendiste como solucionador express de problemas, contaste con la complicidad de los neutros o enemigos del poder de turno. Compramos la campaña de Bianchi y Roman para la Ciudad y te colaste con el marketing. Armaste una banda prolija de decidores de si (o yes man), a los que el pluralismo representa tan solo la cantidad de caminos que podemos tomar. Y quedó ella, justo abajo debatiendo si sigue aplastada bajo los encantos de la vida fácil o...
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